Jueves 26 de diciembre de 2024
Redacción ||
Paraguay continúa destacándose en América Latina por su política tributaria caracterizada por una simple fórmula: “10-10-10”. Esta regla establece que los tres impuestos más importantes en el país: el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a la Renta Personal y el Impuesto a la Renta Empresarial, tienen una tasa fija del 10%.
Esta política de bajos impuestos se ha convertido en una piedra angular para el desarrollo económico de Paraguay y la atracción de inversiones extranjeras. El gobierno, liderado por el presidente Santiago Peña, ha reafirmado su compromiso de mantener estas tasas tributarias invariables, destacando los beneficios que aportan al país.
El presidente Peña enfatizó que los impuestos no se aumentarán, ya que los emprendimientos desempeñan un papel fundamental en el crecimiento económico del país, generando empleo, seguridad social y un impacto positivo en las comunidades locales. El gobierno busca incrementar la recaudación fiscal mediante un mayor control sobre la evasión, que actualmente alcanza el 31% en el caso del IVA, una cifra superior al promedio regional.
El esquema de impuestos actual en Paraguay se ha desarrollado a lo largo de los años, comenzando en 1992 con una reforma tributaria que introdujo el IVA y estableció una tasa del 10%. Posteriormente, en 2004, se redujo significativamente el impuesto a la renta empresarial del 30% al 10%, con el objetivo de incorporar más empresas a la formalidad y ampliar la base tributaria.
A pesar de las ventajas que ofrece esta política fiscal, algunos expertos y organismos internacionales argumentan que Paraguay debería recaudar más para financiar políticas sociales y reducir la pobreza en el país. La presión fiscal en Paraguay es una de las más bajas en América Latina, con un 14%, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado a Paraguay a considerar nuevas reformas tributarias y a ampliar la base tributaria para financiar inversiones en infraestructura, salud y educación. A pesar de estas sugerencias, el país sigue manteniendo su política de bajos impuestos como parte de su estrategia para atraer inversión y promover el crecimiento económico.
El debate sobre la política tributaria en Paraguay se centra en encontrar un equilibrio entre la atracción de inversiones y la financiación de políticas sociales para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.