Miércoles 25 de diciembre de 2024
En el Istmo de Tehuantepec, una angosta franja de tierra mexicana que separa el Pacífico del Atlántico en 300 kilómetros, avanza la construcción de un corredor interoceánico que se presenta como una alternativa al Canal de Panamá, generando tanto expectativas económicas como controversias.
Este proyecto, ideado por el conquistador español Hernán Cortés en el siglo XVI y buscado por México durante casi un siglo, se está llevando a cabo en una región habitada por numerosas comunidades indígenas ancestrales y con una rica herencia cultural.
La iniciativa, que pretende ser un complemento al Canal de Panamá, se impulsa con el respaldo del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cuyo gobierno ha invertido $2,850 millones en trenes de carga y turismo para unir dos puertos renovados.
Se estima que el corredor podría aportar entre 3 y 5 puntos porcentuales al Producto Interno Bruto (PIB) de México, según declaraciones del gobierno.
Las opiniones sobre este proyecto están divididas entre aquellos que esperan que atraiga inversiones y estimule el consumo, y aquellos que temen que facilite la actividad del crimen organizado, además de generar impactos significativos en lo social y ambiental.
Algunos residentes, como Angélica González, una artesana de 42 años en Ciudad Ixtepec, ven el proyecto con entusiasmo y esperan beneficiarse vendiendo artesanías a futuros turistas. Sin embargo, otros expresan preocupaciones sobre posibles consecuencias negativas en términos de seguridad y medio ambiente.