Martes 24 de diciembre de 2024
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) anunció este jueves que la tasa de pobreza en Latinoamérica descendió al 29 % en 2022, equivalente a 181 millones de personas, marcando un descenso del 1.2 % con respecto al nivel pre-pandemia. Además, la tasa de pobreza extrema disminuyó al 11.2 % de la población, manteniéndose en niveles similares a 2019, según el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe.
A pesar de estos avances, José Manuel Salazar-Xirinachs, el secretario ejecutivo de la Cepal, señaló que, aunque se celebra la reducción de la pobreza, más de 180 millones de personas en la región aún carecen de ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Enfatizó que 70 millones de personas no pueden adquirir una canasta básica de alimentos, subrayando la necesidad de abordar las desigualdades persistentes en la región.
El informe también advirtió que la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) regional esperada para 2023 no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza para este año. La desaceleración económica en la región, que comenzó en el segundo semestre de 2022, se refleja en las proyecciones del crecimiento del PIB, con un estimado del 1.7 % para 2023 y del 1.5 % para 2024.
El documento destacó que, aunque se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región enfrenta una “crisis en cámara lenta en materia de inclusión laboral”. Cerca de la mitad de las 292 millones de personas ocupadas en la región se encuentra en empleos informales, y aproximadamente un quinto vive en situación de pobreza.
Salazar-Xirinachs subrayó la necesidad de transitar desde la inserción laboral hacia la inclusión laboral para lograr un desarrollo social inclusivo. Sin embargo, señaló que “la inclusión laboral requiere un crecimiento económico alto y sostenido”.
El informe también reveló que la desigualdad de ingresos disminuyó en 2022, aunque sigue siendo “muy elevada”. La Cepal instó a los países a abordar la doble trampa estructural de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad en la región.