Miércoles 15 de enero de 2025
La gestión del presidente Nayib Bukele en El Salvador ha sentado las bases para un futuro prometedor, según lo afirmó recientemente la ministra de Economía, María Luisa Hayem. Durante los primeros cuatro años y medio, el gobierno ha implementado medidas destinadas a facilitar el comercio y crear un entorno tecnológico propicio, con el objetivo de atraer inversiones, generar empleo y dinamizar la economía del país.
La reciente aprobación de la Ley de Fomento a la Innovación y Manufactura Tecnológica ha tenido un impacto significativo, atrayendo a más de 60 empresas que están en proceso de evaluación para establecer operaciones en El Salvador. Además, cinco empresas ya han recibido la autorización correspondiente por parte del Ministerio de Economía.
Estas nuevas incorporaciones se suman a las más de 100 empresas tecnológicas, especialmente en las áreas de fintech y criptomonedas, que han elegido a El Salvador como destino de inversión en los últimos dos años. La ministra destacó que el mensaje del presidente Bukele posiciona al país internacionalmente como líder en la economía financiera y atrae a empresas tecnológicas que ven a El Salvador como un lugar estratégico para establecerse e invertir.
La implementación de la Ley General para la Modernización Digital del Estado, que impulsa la transformación de las instituciones utilizando la plataforma de Google, y la declaración conjunta entre El Salvador y Estados Unidos, firmada durante la visita oficial de la subsecretaria de Comercio Internacional, Marisa Lago, se espera que fomenten aún más la llegada de inversiones al país.
Según la ministra, estas acciones han cambiado la percepción internacional de El Salvador de manera significativa. El país ahora es considerado como un destino atractivo para inversiones, especialmente en el sector de las fintech, que buscan expandir el acceso al financiamiento y servicios financieros a la población mediante la tecnología.
Además, la ministra resaltó la importancia de la estrategia de facilitación del comercio para atraer inversiones y acelerar el crecimiento de la industria local. Aunque algunos beneficios pueden no ser tangibles a corto plazo, se espera que a lo largo de los próximos meses y años, la reducción de costos y otros beneficios sean más evidentes para la población salvadoreña.