El comercio internacional de El Salvador ha mantenido una importante dinámica hasta noviembre de 2023, según los datos proporcionados por el Banco Central de Reserva (BCR), que reporta un acumulado de $6,049 millones en exportaciones durante este período.
De acuerdo con las estadísticas del BCR, los sectores clave que impulsaron el flujo de exportaciones a lo largo de este año fueron la fabricación de prendas de vestir, que alcanzó ventas por $1,059 millones hasta noviembre, seguido de cerca por la industria manufacturera de maquila, que registró $1,044.1 millones en exportaciones.
Entre los productos más destacados en las exportaciones de 2023, el BCR detalló que las T-Shirts y camisetas de punto lideraron con $636.3 millones, seguidas por suéteres con $433.4 millones, artículos plásticos con $257.3 millones, caña de azúcar con $234.6 millones, y papel higiénico con $206.1 millones.
Los principales socios comerciales de El Salvador durante este período fueron Estados Unidos, con compras por $2,160.9 millones, seguido por Guatemala con $1,109.1 millones, Honduras con $981.9 millones, Nicaragua con $468.1 millones y Costa Rica con $289.2 millones.
El presidente del BCR, Douglas Rodríguez, explicó recientemente las razones detrás de la reducción en el valor de las exportaciones en comparación con el año pasado, atribuyéndolo a un contexto internacional marcado por diversos choques económicos. A pesar de esta disminución en valor, Rodríguez destacó que en términos de volumen, las exportaciones salvadoreñas hacia el extranjero experimentaron un aumento del 1.2% en comparación con 2022.
“Las exportaciones han crecido en volumen un 1.2%, es decir, que estamos exportando más que el año pasado en volumen, pero la desaceleración de la inflación, que no solo afecta a El Salvador sino a todo el mundo, también está impactando los precios. Estamos exportando más productos, pero el precio es mejor”, explicó Rodríguez.
El presidente del BCR aseguró que el país no está experimentando una depresión en sus exportaciones, sino que se trata de un efecto de la desaceleración de los precios, situación que podría beneficiar a la industria nacional en el corto plazo al adquirir materia prima a menores costos. “Los importadores nacionales están pagando un 9.3% menos en precio”, afirmó.