Inversionistas reaccionaron vendiendo rápidamente la deuda de Braskem SA después del colapso parcial de su mina de sal en diciembre.
A pesar de las preocupaciones ambientales y de gobernanza, la liquidación duró menos de un mes antes de que los precios se recuperaran, ilustrando la tendencia de los mercados a pasar por alto desastres similares en el pasado, como los colapsos de presas de Samarco y Vale.
La rápida recuperación de Braskem, que se enfrenta a evacuaciones en Maceió desde 2019, plantea interrogantes sobre la eficacia de las directrices ambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ASG).
En 2023, los fondos centrados en ASG experimentaron salidas netas globales, indicando una disminución del entusiasmo por la inversión responsable.
Aunque el colapso de la mina costó a Braskem su calificación de grado de inversión y afectó inicialmente el valor de sus bonos, estos se han recuperado alrededor de un 7% este año.
La falta de claridad sobre el tamaño total de los daños y la investigación en curso mantienen alejados a algunos inversionistas, limitando un repunte más significativo en el mercado de bonos.
