Jueves 26 de diciembre de 2024
Japón tiene alrededor de 10 millones de casas abandonadas, conocidas como ‘akiya’, que representan una oportunidad de inversión para extranjeros interesados en establecerse en el país asiático. Estas casas pueden ser adquiridas de forma gratuita o por precios que van desde los 5.000 hasta los 100.000 euros.
Personas como Anton Wörmann, un modelo de 31 años originario de Estocolmo, han convertido estas casas abandonadas en su hogar y también en su negocio. Wörmann asesora a otros extranjeros interesados en seguir sus pasos a través de su canal de YouTube y un libro recientemente publicado, donde comparte su experiencia y explica cómo generar ingresos renovando viviendas abandonadas en Japón.
Wörmann, que ha transformado una casa de 88 años en un hogar moderno y acogedor, destaca la importancia de preservar el carácter y la historia de estas propiedades. Aunque su proyecto de renovación requirió un trabajo arduo y una inversión de alrededor de 50.000 euros, considera que el resultado vale la pena.
En Japón, donde aproximadamente el 10 % de la población supera los 80 años, se espera que el número de casas abandonadas aumente en los próximos años. Esto plantea preocupaciones sobre la seguridad y el deterioro de estas propiedades, lo que podría llevar eventualmente a su demolición.
Para abordar este problema, empresas como Akiya & Inaka han surgido para ayudar a los compradores a encontrar ‘akiyas’ que se ajusten a sus necesidades y presupuestos. Esta empresa ha ayudado a cientos de clientes a adquirir propiedades abandonadas, ofreciendo opciones que van desde casas de montaña hasta propiedades junto al mar.
Aunque muchas personas buscan casas baratas en Japón, los expertos advierten que es importante considerar la calidad de la propiedad y los posibles costos de renovación. Según una encuesta del gobierno japonés, hay más de 8 millones de casas calificadas como ‘akiya’, y se estima que esta cifra podría aumentar a cerca de 10 millones en los próximos años.
Ante esta situación, se espera que el gobierno japonés tome medidas para alentar a compradores y vendedores a abordar el problema de las casas abandonadas y revitalizar estas propiedades para su uso futuro.