Martes 5 de noviembre de 2024
Durante la semana, los mercados financieros han estado marcados por un notable aumento en los precios del petróleo y el oro, impulsados por crecientes tensiones geopolíticas, la robustez económica de las principales potencias y las incertidumbres sobre las políticas monetarias.
El oro ha alcanzado múltiples máximos históricos, superando los 2.330 dólares por onza, mientras que el precio del crudo ha escalado a niveles no vistos desde octubre, situándose alrededor de los 92 dólares por barril.
El incremento en los precios del petróleo suscita preocupaciones, especialmente por su impacto en la inflación y, por ende, en las políticas monetarias, aspectos cruciales para los inversores.
La decisión de la OPEP+ de mantener los recortes de producción ha llevado los precios del crudo a su punto más alto del año, mientras que las tensiones en Oriente Medio, particularmente entre Israel e Irán, han contribuido a esta escalada, según expertos de Banca March.
Por otro lado, el oro ha experimentado un impulso sustancial debido a la tensión geopolítica, las adquisiciones de oro físico por parte de bancos centrales y las expectativas de recortes en los tipos de interés.
Los analistas destacan que las compras de oro por parte de los bancos centrales están impulsando el sentimiento alcista en el mercado del oro, con un aumento constante en las reservas físicas. Este interés refleja también la falta de opciones alternativas atractivas para los inversores, especialmente en China, donde las ventas de joyería y las importaciones de oro han alcanzado niveles récord.
En resumen, el aumento en los precios del petróleo y el oro responde a una combinación de factores geopolíticos, económicos y monetarios, generando un entorno volátil e incierto en los mercados financieros globales.