Domingo 22 de diciembre de 2024
El fabricante automovilístico chino Chery ha confirmado planes para establecer su primera planta europea en España, específicamente en la antigua fábrica de Nissan ubicada en Barcelona, a través de una empresa conjunta con el grupo español Ebro-EV Motors. El anuncio fue realizado por el gobierno español el martes pasado.
Según el comunicado del Ministerio de Industria español, se ha alcanzado un acuerdo entre Chery y Ebro para producir automóviles en estas instalaciones situadas en la Zona Franca de Barcelona. Los detalles del acuerdo serán formalizados durante una reunión en Madrid entre el ministro de Industria, Jordi Hereu, y una delegación de Chery, en presencia de representantes del gobierno regional catalán.
Esta noticia llega tras meses de negociaciones y contactos entre las autoridades españolas y Chery. Anteriormente se habían considerado posibles ubicaciones en Italia, pero finalmente se ha confirmado que Barcelona albergará la primera planta europea de Chery.
Las instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, que empleaban a 3.000 personas antes de su cierre en diciembre de 2021, han sido objeto de un proceso de reindustrialización. Parte de este complejo industrial fue adquirido por el fabricante de motocicletas Silence, y ahora el acuerdo con Chery y Ebro-EV Motors contribuirá a revitalizar esta área.
Chery es el segundo fabricante chino en anunciar su presencia en Europa, después de BYD, líder en coches eléctricos, que está construyendo su primera planta europea en Hungría y estará operativa en tres años.
Fundada en 1997 como una empresa estatal, Chery afirma haber vendido 1,88 millones de turismos en 2023. Aunque inicialmente fue conocida por un pequeño coche urbano de gasolina en el mercado local chino, Chery ahora está incursionando en vehículos eléctricos y en segmentos de mercado más amplios. La marca se enorgullece de ser el principal exportador de vehículos chinos.
La decisión de Chery de establecer una planta en Europa se produce en un contexto de tensiones comerciales entre Pekín y Bruselas, especialmente en relación con las subvenciones públicas a los coches eléctricos en China, que están siendo investigadas por la Comisión Europea por presuntas prácticas anticompetitivas.