Viernes 1 de noviembre de 2024
En la junta general de accionistas de Repsol celebrada en Madrid, el consejero delegado de la empresa, Josu Jon Imaz, ha lanzado críticas hacia el gravamen temporal y extraordinario impuesto a las grandes energéticas, señalando que este “castiga” a las compañías que invierten en activos industriales, generan empleos de calidad y contribuyen a la independencia energética de España.
Imaz lamentó que este gravamen afecte a empresas como Repsol, que han visto un impacto significativo en sus operaciones debido a esta medida. En su opinión, penaliza el esfuerzo necesario para la transformación de complejos industriales en polos multienergéticos, cada vez más descarbonizados.
Este comentario surge en un contexto donde Repsol ha experimentado una disminución del 13% en sus ganancias hasta marzo, con un impacto esperado de aproximadamente 335 millones de euros debido al gravamen sobre las ventas de 2023.
Además, Antonio Brufau, presidente de Repsol, respondió a las críticas durante la junta, destacando el compromiso de la empresa en la lucha contra el cambio climático y su enfoque en la descarbonización de la industria.
Las declaraciones de Brufau se producen en medio de un ambiente tenso, con activistas de Greenpeace desplegando una pancarta acusatoria durante la junta. En este contexto, Brufau también abordó el debate sobre la regulación europea, argumentando que la descarbonización solo será efectiva si se permite el desarrollo de todas las tecnologías y no se limita exclusivamente a la electrificación.