Jueves 26 de diciembre de 2024
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento para la economía de El Salvador en 2024, coincidiendo con las perspectivas establecidas tanto por el Banco Central de Reserva (BCR) como por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en meses anteriores.
Según la última actualización, la Cepal estima ahora un crecimiento del 3% para el cierre del año en curso, un incremento significativo respecto al pronóstico anterior del 2% emitido en diciembre pasado. Esta revisión al alza posiciona a El Salvador un punto porcentual por encima de las estimaciones previas, reflejando así un panorama económico optimista tanto a nivel interno como externo.
El presidente del BCR, Douglas Rodríguez, había adelantado en el informe de resultados del cuarto trimestre de 2023 que se esperaba un crecimiento económico para 2024 en un rango del 3% al 3.5%, respaldado por la inversión tanto pública como privada, el impulso del sector turístico, las condiciones de seguridad y la recuperación de la demanda externa.
Estas proyecciones se alinean con el desempeño sólido que El Salvador mostró el año pasado, cuando registró un crecimiento del 3.5%, marcando el tercer año consecutivo de tasas superiores al promedio de las últimas décadas. El valor nominal del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023 ascendió a $34,015.62 millones, según datos del BCR.
Además del respaldo interno, organismos internacionales como el FMI también han confirmado las expectativas de crecimiento del 3% para El Salvador en 2024, lo que representa una mejora significativa con respecto a las proyecciones anteriores. El Banco Mundial, por su parte, ha elevado su perspectiva de crecimiento para el país al 2.5%, reflejando un optimismo compartido sobre la evolución económica futura.
A nivel regional, la Cepal señala que América Latina y el Caribe enfrentan desafíos económicos, pero destaca un portafolio de sectores impulsores que podrían contrarrestar estos desafíos y fomentar el crecimiento. Entre estos sectores se incluyen la productividad, la infraestructura, la digitalización y la educación, aspectos fundamentales para adaptarse a los cambios económicos globales y fomentar un desarrollo sostenible.