Domingo 12 de enero de 2025
Akira Endo, un investigador japonés que trabajó en el desarrollo de las estatinas, un grupo de fármacos usados para disminuir el colesterol, ha fallecido a los 90 años, según revelaron este martes sus familiares a medios locales.
Endo, nacido en la prefectura de Akita en 1933, falleció el pasado 5 de junio y sus familiares ya han realizado un funeral privado sin dar más detalles sobre la causa de su muerte, de acuerdo con la agencia japonesa de noticias Jiji.
Eterno candidato al Nobel por sus contribuciones a la Medicina, Endo se graduó en la Universidad de Tohoku antes de unirse a la farmacéutica nipona Sankyo. Posteriormente, viajó a Estados Unidos para continuar sus estudios y decidió especializarse en el control del colesterol, relacionado con los ataques cardíacos y, en ese momento, una de las principales causas de muerte en el país.
Tras regresar a Japón, comenzó a investigar formas de inhibir la síntesis de colesterol en el hígado, en lugar de reducir la cantidad de colesterol consumido a través de los alimentos. Pasó dos años examinando los componentes de alrededor de 6,000 tipos de moho y hongos, y en 1973 descubrió en un tipo de moho azul encontrado en el arroz un tipo de estatina que inhibe la síntesis del colesterol.
Desde entonces, el uso de este componente se aceleró tanto en Japón como en otros países para crear fármacos que reducen el nivel de colesterol en sangre, un descubrimiento definido como “milagroso” y comparado con el de la penicilina por parte de Alexander Fleming.
Fue la farmacéutica estadounidense Merck & Co, que había colaborado temporalmente con Sankyo, la primera en lanzar un fármaco con este tipo de estatina en 1987, seguida poco después por la japonesa. Hoy en día, las estatinas se encuentran entre los medicamentos más recetados del mundo.
Aunque no llegó a recibir el Nobel, Endo fue galardonado en 2008 con el premio Lasker, considerado el Nobel estadounidense y a veces precursor del galardón noruego, otorgado a investigadores por sus contribuciones a la Medicina y la Ciencia.
En 2011, el Gobierno japonés le otorgó el reconocimiento de Persona de Mérito Cultural por sus contribuciones en Ciencia.