Martes 7 de enero de 2025
La Unión Europea ha identificado las islas como ecosistemas energéticos ideales para integrar el hidrógeno, y ha financiado con 32 millones de euros la primera fase del proyecto “Green Hysland” en Mallorca, en el que participa la Universidad de La Laguna (Tenerife).
Miguel Ángel Fernández, gerente del Centro Nacional del Hidrógeno, destacó esta iniciativa en una rueda de prensa, previo a su intervención en el ciclo ‘Nuevos vectores energéticos’, organizado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria.
El proyecto pretende convertir a Mallorca en el primer ‘hub’ de hidrógeno del suroeste de Europa, desarrollando infraestructuras para producir hidrógeno a partir de energía solar y distribuirlo a sectores como el turístico, transporte, industrial y energético. Además, se incluye la inyección de hidrógeno en la red de gas para generar calor y energía verde.
Fernández considera que este modelo podría extrapolarse a Canarias, Madeira y Azores, contribuyendo a su descarbonización. Señaló que el hidrógeno podría actuar como un regulador en el sistema insular eléctrico de Canarias, que no está conectado a la red eléctrica europea, la cual abarca desde Lituania hasta el norte de Marruecos.
En una isla, las dificultades para equilibrar generación y demanda son mayores debido a la falta de interconexión con otras zonas, dijo Fernández. Valoró el carácter local de las renovables en Canarias, pero señaló que no pueden exportarse o almacenarse fácilmente, lo cual podría solventarse con el hidrógeno, garantizando la estabilidad de la red con recursos autóctonos y permitiendo el crecimiento.
“Es más rápido montar un parque solar que planificar una central térmica. Ese crecimiento se puede hacer de manera acompasada y las aplicaciones del hidrógeno son muy transversales”, añadió.
Fernández destacó que los entornos pequeños como una isla son favorables para la movilidad del hidrógeno. Sin embargo, subrayó que la competencia con una red de gasolineras ya establecida es un desafío, ya que las estaciones de hidrógeno deben construirse desde cero.
Pese a esto, aseguró que una o dos estaciones de hidrógeno podrían cubrir toda la isla, ofreciendo una ventaja y una oportunidad significativa.
Como Canarias es un nodo de comunicaciones marítimas y aéreas, Fernández considera que la región tiene la oportunidad de descarbonizar estos tráficos y convertirse en productora de la energía necesaria para moverlos, lo que contribuiría a ahorrar costes relacionados con las emisiones de CO2.
En un ecosistema insular, “puedo estar produciendo con una eólica offshore, garantizando la estabilidad de la red con el consumo y la generación de hidrógeno, y además, abasteciendo a los vehículos”, concluyó Fernández.