Estados Unidos creció un 0,7% durante el segundo trimestre de este año, tres décimas más que en el primer trimestre, debido al aumento del gasto de los consumidores, en un contexto de inflación decreciente y solidez del mercado laboral, informó este jueves la Oficina de Análisis Económico (BEA).
Esta cifra es la primera estimación de las tres que publica el organismo (con dos revisiones posteriores), por lo que no es definitiva. El ritmo anual de crecimiento fue del 2,8%, un dato significativamente superior al del primer trimestre, que fue del 1,4%.
El aumento del PIB real reflejó principalmente incrementos en el gasto de los consumidores, tanto en servicios como en bienes. Dentro de los servicios, los principales contribuyentes al aumento fueron la atención sanitaria, la vivienda, los servicios públicos y los servicios recreativos. En cuanto a los bienes, los mayores aportes provinieron de los vehículos de motor y sus repuestos, los bienes y vehículos recreativos, el mobiliario y el equipo doméstico duradero, y la gasolina y otros bienes energéticos.
El PIB también se incrementó gracias a los aumentos en la inversión privada en inventarios y la inversión fija no residencial. Las importaciones, que son una resta en el cálculo del PIB, también aumentaron.
En comparación con el primer trimestre, la aceleración del PIB real en el segundo trimestre reflejó principalmente un repunte de la inversión privada en inventarios y una aceleración del gasto de los consumidores. Estos movimientos se vieron parcialmente compensados por una desaceleración de la inversión fija residencial.
Las positivas cifras de crecimiento fueron celebradas por el presidente estadounidense, Joe Biden, quien afirmó que los datos se deben a su agenda económica y la de la vicepresidenta, Kamala Harris, y demuestran que Estados Unidos tiene hoy “la economía más fuerte del mundo”.
“Hemos creado casi 16 millones de empleos, los salarios han aumentado y la inflación está bajando. Estamos reconstruyendo la nación y devolviendo la fabricación a Estados Unidos”, destacó. En los seis meses que le quedan de Gobierno, añadió, seguirá trabajando para reducir los costos para las familias trabajadoras y hacer crecer la economía.
“Los republicanos del Congreso tienen un plan diferente, que arrastraría a nuestro país hacia atrás al anteponer los intereses especiales. La vicepresidenta y yo seguiremos luchando por el futuro de Estados Unidos: un futuro lleno de promesas y posibilidades”, agregó el mandatario, quien recientemente se retiró de la carrera a la Casa Blanca y nominó a Harris como su sustituta.
Estos datos se publican a una semana de la reunión de julio de la Reserva Federal (Fed), en la que se anunciará la decisión sobre los tipos de interés.
Los tipos de interés están ahora en la horquilla del 5,25% y el 5,5%, su nivel más alto desde 2001, y se espera que antes de finalizar el año haya al menos una bajada, dependiendo de datos como el PIB. Aunque la inflación aún está lejos del deseado 2%, ha estado disminuyendo durante los últimos tres meses, situándose en el 3% en junio.
La inflación subyacente, un dato clave que analiza el banco central estadounidense para tomar sus decisiones sobre los tipos de interés, también ha estado bajando durante tres meses consecutivos, situándose en el 3,3% en junio.
En cuanto al mercado laboral, aunque la tasa de desempleo ha subido ligeramente en los últimos meses, situándose hoy en el 4,1%, la creación de empleo sigue siendo sólida, con 206,000 nuevos puestos de trabajo netos creados en junio.
