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Consumo de carne en Argentina golpeado por la inflación

Argentina, conocida por su alto consumo de carne vacuna, ha experimentado una significativa disminución en la demanda durante la primera mitad de 2024, en gran parte debido a la inflación y la pérdida de poder adquisitivo de los hogares. A pesar de esta caída, el país aún mantiene uno de los niveles más altos de consumo per cápita a nivel mundial.

Factores como la devaluación a fines de 2023, los precios récord en el primer trimestre de 2024 y la contracción monetaria han provocado una baja en el consumo de carne. Los minoristas han sido los más afectados por esta situación, mientras que otros sectores de la cadena cárnica han mostrado más resistencia.

Según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina, el consumo aparente de carne vacuna en los primeros siete meses de 2024 alcanzó su nivel más bajo en 26 años, con un promedio de 45.6 kilos por habitante, una caída del 15.1 % en comparación con el mismo periodo de 2023. Por su parte, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) estima que el consumo promedio es de aproximadamente 50 kilos per cápita, y atribuye parte de esta baja a factores climáticos, como las sequías severas en 2023 y 2024.

Eugenia Ana Brusca, del Departamento de Promoción Interna del IPCVA, indicó que la pérdida del poder adquisitivo ha sido uno de los principales factores detrás de esta contracción en el consumo, con una disminución cercana al 30 % en los últimos meses. Además, señaló una reducción en la participación de la carne vacuna dentro de la canasta proteica de los argentinos, que, en promedio, consumen alrededor de 120 kilos de proteína cárnica por año.

A pesar de estos desafíos, Brusca destacó que, considerando que el 50 % de la población argentina está por debajo de la línea de pobreza, el consumo de proteína cárnica sigue siendo elevado, lo cual refleja que el acceso a esta fuente de alimento continúa siendo relevante en la dieta argentina.