Sábado 11 de enero de 2025
El Fondo Monetario Internacional (FMI) lanzó este miércoles una advertencia contundente sobre el sesgo sistemático en las proyecciones de deuda realizadas por muchos gobiernos y pidió una acción inmediata y firme para reducir los crecientes niveles de deuda mundial. Según Vítor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Presupuestarios del FMI, “los niveles futuros de deuda podrían ser aún más altos que los proyectados, debido a las presiones continuas del gasto y el sesgo en las previsiones de deuda”.
El FMI presentó su más reciente monitor fiscal, donde ajustó ligeramente a la baja sus estimaciones sobre la deuda mundial para este año, situándola en el 93,2 % del PIB global, frente al 93,8 % estimado en abril. A pesar de esta mejora, el FMI prevé que la deuda global siga creciendo a un ritmo de casi un punto porcentual anual, alcanzando el 98,7 % del PIB en 2029.
Gaspar resaltó que la deuda pública mundial es alarmantemente alta, superando el billón de dólares en 2024 y proyectándose que alcance niveles cercanos al 100 % del PIB para finales de la década. El FMI también destacó que el déficit global cerrará este año en el 5 % del PIB, una décima más que lo previsto en abril, aunque se espera que baje al 4,5 % en 2025.
El caso de Estados Unidos también es motivo de preocupación. El FMI estima que la deuda estadounidense cerrará 2024 en el 122,9 % del PIB y continuará subiendo hasta el 133,7 % en 2029, lo que puede tener efectos indirectos en los mercados financieros globales.
El informe también señala que la deuda global podría ser aún peor de lo proyectado, debido a factores como las presiones del gasto, el cambio climático, la demografía y el sesgo optimista en las proyecciones. Gaspar alertó que en un escenario adverso, la deuda global podría llegar al 150 % del PIB en 2026, lo que afectaría la capacidad de los gobiernos para gastar en sectores clave como salud, educación o inversión pública.
Finalmente, el FMI instó a los responsables de políticas fiscales a actuar sin demora para frenar el creciente endeudamiento, advirtiendo que retrasar estas decisiones podría generar consecuencias graves y costosas.