La administración de Donald Trump ha decidido realizar recortes significativos en la ayuda humanitaria y al desarrollo, enviando ondas de choque a la comunidad internacional y generando preocupaciones sobre las consecuencias devastadoras para millones de personas. Estos recortes, que se anunciaron esta semana, se producen poco después de que se completara una revisión más corta de lo previsto, que duró poco más de un mes en lugar de los 90 días inicialmente planteados.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su profunda preocupación el viernes al conocer la magnitud de los recortes, advirtiendo que las decisiones tomadas por el gobierno estadounidense tendrían efectos “devastadores”. Guterres destacó que estas medidas van “en contra de los intereses” de Estados Unidos y afectan negativamente a las agencias de la ONU, ONG humanitarias y de desarrollo que dependen de esta financiación para llevar a cabo su trabajo.

“Quisiera expresar mi profunda preocupación por la información recibida en las últimas 48 horas sobre los drásticos recortes realizados por Estados Unidos en su financiación”, señaló Guterres, subrayando la gravedad de la situación para las personas vulnerables a nivel global.