La administración Trump ha pasado de las promesas de campaña a los hechos al retirar cientos de millones de dólares en fondos federales a la Universidad de Columbia y la Universidad de Pensilvania. Ahora, el gobierno ha puesto su atención en Harvard, la universidad más rica del mundo, anunciando una revisión de aproximadamente $9,000 millones en contratos y subvenciones multianuales.

La Casa Blanca acusa a Harvard de no proteger a los estudiantes judíos y de fomentar ideologías divisivas que afectarían la libre investigación. Ante esta situación, la universidad había adoptado una postura cautelosa en los últimos meses, tratando de negociar y, según algunos críticos, restringiendo la libertad de expresión en un intento de evitar represalias gubernamentales.

Sin embargo, la estrategia de Harvard no parece haber disuadido a sus detractores. Aunque aún no se conoce el impacto real de esta revisión, la decisión del lunes deja claro que la administración Trump mantiene su postura firme contra ciertas instituciones académicas.