Jueves 26 de diciembre de 2024
Redacción ||
“La Argentina arrancó el siglo XX siendo el país más rico del mundo, y hoy tiene 40% de pobres y 10% de indigentes”. Esta frase, repetida varias veces durante la campaña presidencial por el economista “libertario” Javier Milei, reproduce un concepto que subyace en el inconsciente de los argentinos: que esta nación, sumida desde hace décadas en sucesivas crisis económicas, supo alguna vez ser una superpotencia.
Un pasado glorioso
Son varios los motes que rememoran ese pasado glorioso. El más famoso es “el granero del mundo”, una referencia al poderoso modelo agroexportador que llevó a Argentina a ser rica hace un siglo y que hoy sigue siendo su principal sustento económico.
También está “la París de Sudamérica”, una alusión a la bella arquitectura de estilo europeo de la capital argentina, que hoy desentona con la realidad de un país en el que el 56% de los niños son pobres.
Estas nostálgicas frases son recuerdos de una época dorada que muchos en el país idealizan. Y que algunos políticos, como Milei, prometen revivir. “Argentina puede volver a ser una potencia mundial”, dice una y otra vez el economista ultraliberal.
Preguntas sin respuesta
Pero ¿fue realmente Argentina el país más rico del mundo? Y ¿cómo pasó de estar entre las naciones más acaudaladas a ser uno de los países con mayor inflación del planeta?
Comparar la riqueza de distintos países es complejo, pero la mayoría de los expertos considera que la mejor forma de hacerlo es medir el Producto Interno Bruto per cápita (PIBpc). En 2018, una serie estadística estimó que Argentina había sido el país más rico del mundo en 1896, pero esta metodología fue cuestionada y actualizada en 2020, relegando a Argentina al sexto puesto en 1896.
No obstante, Argentina empezó el siglo XX siendo una de las naciones más ricas del mundo, con un PIBpc superior al de países europeos y otras naciones latinoamericanas. Pero este esplendor económico comenzó a desvanecerse.
Cien años de decadencia
Este declive, conocido como “los 100 años de decadencia argentina”, es el único ejemplo de un país que pasó de ser desarrollado a estar en vías de desarrollo. Algunos lo atribuyen al peronismo, pero otros argumentan que su declive se produjo en la década de 1970, especialmente bajo el régimen militar, que aplicó políticas neoliberales.
El verdadero descalabro económico ocurrió con el último régimen militar y políticas económicas cambiantes, pasando del nacionalismo al neoliberalismo, del proteccionismo al libre mercado. Esto, junto con la inestabilidad política, llevó a que Argentina tuviera seis golpes de Estado en el siglo XX.
Más allá de las culpas de gobiernos particulares, el problema de fondo es una inestabilidad institucional que debilitó a la democracia argentina desde su fundación en 1810, con golpes de Estado y transiciones frecuentes entre dictadura y democracia.
La Argentina ha sido un péndulo político y económico, oscilando entre diferentes modelos y políticas, lo que contribuyó a su falta de continuidad en la política económica. Este vaivén dificultó el despegue económico del país.
Conclusión
En resumen, Argentina vivió una época de esplendor económico en el siglo XX, pero cayó en un declive que persiste hasta el día de hoy. A pesar de las promesas de políticos, la historia económica de Argentina es una narrativa de inestabilidad política, cambios en las políticas económicas y falta de continuidad. El sueño de volver a ser una potencia mundial es un anhelo que ha escapado al país sudamericano en gran parte debido a su inestabilidad y oscilaciones constantes.