Los 31 mayores bancos de Estados Unidos han superado con éxito las pruebas de estrés anuales realizadas por la Reserva Federal (Fed), concluyendo que están bien preparados para resistir una recesión severa y cumplir con los requisitos mínimos de capital.
Aunque la Fed reconoció que, en un escenario hipotético de crisis, los grandes bancos podrían enfrentar “mayores pérdidas” en comparación con las proyectadas el año pasado bajo estrés, destacó que todos mantuvieron niveles adecuados de capital.
“La prueba de resistencia de este año muestra que los grandes bancos tienen suficiente capital para soportar un escenario altamente estresante y cumplir con sus ratios mínimos de capital”, señaló Michael S. Barr, vicepresidente de supervisión de la Fed.
La Reserva Federal utiliza estas pruebas para evaluar las reservas de capital que los bancos deben mantener frente a posibles crisis, evaluando pérdidas, ingresos, gastos y niveles de capital bajo un escenario de recesión y choque en el mercado financiero. Este año, se examinaron 31 bancos, un aumento frente a los 23 del año anterior, debido a normativas regulatorias.
En el escenario hipotético de este año, similar al del año pasado, se contempla una grave recesión mundial con caídas significativas en los precios de los bienes raíces comerciales y residenciales, así como una alta tasa de desempleo. A pesar de una reducción del índice de capital agregado del 2,8 %, del 12,7 % al 9,9 %, la Fed destacó que esta caída está dentro de los parámetros de las pruebas de estrés recientes.
Los factores principales que explican la mayor disminución del capital este año incluyen tasas de morosidad más altas, mayores pérdidas proyectadas en tarjetas de crédito, mayor riesgo en las carteras de crédito corporativo y menores ingresos por comisiones.
Las pérdidas totales proyectadas ascienden a casi 685.000 millones de dólares, incluyendo significativas pérdidas en tarjetas de crédito, préstamos comerciales e industriales, y bienes raíces comerciales.
Estas pruebas de resistencia anuales son cruciales para los accionistas de los bancos, ya que influyen frecuentemente en las decisiones sobre dividendos y recompra de acciones.
