Miércoles 25 de diciembre de 2024
Al menos cinco bancos de renombre internacional, incluyendo JP Morgan, Morgan Stanley, Wells Fargo, PNC Bank, Edmond de Rothschild y BNP Paribas, han anunciado recientemente sus inversiones millonarias en fondos indexados (ETF) de Bitcoin.
Estas instituciones se suman a los más de 500 titulares de ETF de Bitcoin que han informado a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos sobre sus inversiones en estos productos.
JP Morgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos por activos, ha declarado tener alrededor de $760,000 en acciones de ProShares Bitcoin Strategy ETF (BITO), iShares Bitcoin Trust (IBIT) de BlackRock, Wise Origin Bitcoin Fund de Fidelity (FBTC), Grayscale Bitcoin Trust (GBTC) y Bitwise Bitcoin ETF. Además, ha reportado 25,021 acciones valuadas en $47,000 en Bitcoin Depot, un proveedor de cajeros automáticos de criptomonedas.
Por su parte, Wells Fargo, el tercer banco más grande del país, posee $143,111 en acciones adquiridas en ProShares, GBTC y Bitcoin Depot.
Esta tendencia, según informes como Criptonoticias, muestra cómo los grandes bancos aprovechan el auge de estos productos y el mercado alcista para beneficiarse del activo digital más grande del mercado. Esta movida también promueve mayor credibilidad y confianza en el mercado de la moneda digital para los inversionistas tradicionales, lo que podría generar un efecto dominó con la participación de otras instituciones financieras.
Es importante destacar que otros mercados, como el de Hong Kong, también están desarrollando instrumentos similares de Bitcoin, lo que evidencia un creciente interés en la moneda digital a nivel global.
Los ETF de Bitcoin funcionan como fondos que reúnen valores asociados al universo del Bitcoin, permitiendo a los inversores tradicionales como JP Morgan beneficiarse de la criptomoneda sin necesidad de comprarla directamente. Los interesados depositan su capital en moneda fiduciaria en las empresas que gestionan los fondos, estas compran Bitcoin y otorgan acciones a los inversionistas que reflejan la tenencia del criptoactivo. De esta manera, el fondo sigue la trayectoria del Bitcoin sin que las personas o empresas hayan invertido directamente en el activo digital.