Jueves 26 de diciembre de 2024
La industria cafetera de América Latina, que representa el 61% de la producción mundial, busca abrir mercados para sus cafés especiales como respuesta a los desafíos generados por la crisis climática, la migración y la volatilidad de los precios internacionales.
Brasil, el mayor productor y exportador global de café, espera para 2024 una cosecha de aproximadamente 70 millones de sacos, de los cuales ocho millones corresponden a cafés especiales. Este tipo de café, calificado con más de 80 puntos en la escala de evaluación de sabor, aroma y origen, se vende a un precio significativamente superior al café tradicional.
La pandemia impulsó la búsqueda de cafés con perfiles de sabor únicos, creando oportunidades para pequeños negocios que ofrecen variedades fermentadas, licorosas o ácidas, según Vinícius Estrela, director ejecutivo de la Asociación de Cafés de Especialidad de Brasil.
En Colombia, el tercer mayor productor mundial, la estrategia de diferenciación de granos ha sido implementada durante más de dos décadas. Esta iniciativa, que busca brindar mayores beneficios económicos a los caficultores, ha llevado al país a consolidarse como un proveedor importante de cafés especiales.
Café Devoción, un emprendimiento familiar colombiano, ha logrado posicionarse entre los diez mejores tostadores en Estados Unidos. Un acuerdo con FedEx ha permitido reducir significativamente el tiempo de entrega del grano desde las fincas colombianas hasta las tazas de los consumidores, de seis a doce meses a pocos días.
A pesar de la preocupación por los efectos de la crisis climática en la vital industria del café en América Latina, algunos países adoptan prácticas sostenibles. En Brasil, la protección de áreas de preservación y la reducción de insumos químicos son parte de los esfuerzos. Sin embargo, los pequeños cultivadores encuentran dificultades para alcanzar niveles sostenibles.
En México, donde el área sembrada de café cayó un 1.16% en 2022, los impactos de la crisis climática y la inflación se hicieron sentir, especialmente en Chiapas, el principal estado productor.
La migración de cortadores de café hacia Estados Unidos es otra dificultad en la región. Generar mejores condiciones de vida se presenta como una estrategia para retener a la población y preservar la producción de café, un tesoro emblemático de América Latina.