China ha lanzado un fondo de inversión valuado en unos 344.000 millones de yuanes (aproximadamente 47.480 millones de dólares o 43.758 millones de euros) destinado a impulsar el desarrollo a nivel nacional de semiconductores, elementos clave en sus ambiciones tecnológicas y en los que aún depende en gran medida del exterior.
Este fondo, denominado la tercera fase del conocido como ‘Big Fund’, fue creado el pasado día 24 con financiación tanto del Gobierno central como de varios bancos y empresas estatales, entre las que se destaca el mayor banco del país, ICBC, según datos de la plataforma Tianyancha, que recopila información oficial de las compañías chinas.
El Ministerio de Finanzas de China será el principal accionista de este tercer fondo, con un 17,44 % de las participaciones, junto con firmas de inversión controladas por los gobiernos locales de importantes ciudades del país como Pekín, Shanghái o Shenzhen.
Este movimiento refleja la importancia estratégica que China otorga al sector de los semiconductores, fundamental para sus planes de fortalecer su autonomía tecnológica y reducir su dependencia de terceros países, especialmente en un contexto de guerra comercial y sanciones impuestas por Estados Unidos.
El fondo se ha creado en un momento en que el mayor fabricante de chips de China, Semiconductor Manufacturing Internacional Corporation (SMIC), se ha situado por primera vez como la tercera mayor compañía del sector a nivel mundial en cuota de mercado en el primer trimestre, según datos de la consultora Counterpoint.
Aunque SMIC aún está lejos de rivales como TSMC y Samsung, está aprovechando la recuperación de la demanda interna en China y ha optado por centrarse en el mercado nacional para contrarrestar las sanciones impuestas por Washington en 2019.
Sin embargo, la compañía se enfrenta a la posibilidad de perder acceso a la maquinaria crítica suministrada por empresas como la holandesa ASML, lo que podría tener un impacto significativo en sus operaciones.