Viernes 27 de diciembre de 2024
AFP | por Ernesto TOVAR
La economía peruana acumula 16 meses consecutivos de expansión, pero están surgiendo señales de desaceleración hacia un crecimiento “mediocre”, en un contexto de inestabilidad política permanente y posibles shocks externos, según el gobierno y economistas.
Perú cerró el primer semestre con un alza de 3,54 % del PIB sobre igual período del año pasado, pero el gobierno del presidente izquierdista Pedro Castillo prevé un frenazo en la actividad económica.
El PIB este año “crecería 3,3 %”, indicó el Ministerio de Finanzas en sus previsiones macroeconómicas 2023-2026 publicadas en agosto. La cartera explica la previsión como una consecuencia de “los conflictos sociales” que han afectado a los sectores primarios, y de “las condiciones externas menos favorables”.
“La actual desaceleración de la actividad económica y de la creación de empleos, así como el riesgo real de caer en una recesión abierta” se deben a “la situación política particularmente conflictiva que afecta la confianza” en Perú, escribió hace menos de un mes el ministro de Economía y Finanzas, Kurt Burneo, en un artículo de opinión en el diario Gestión.
Desde marzo de 2018 Perú ha tenido cinco presidentes.
Castillo, en su primer año en el poder, ha enfrentado dos intentos de destitución por parte del Congreso dominado por la oposición. Por su gabinete han pasado más de 60 ministros y está cercado por seis investigaciones de la fiscalía que le acusa de corrupción.
Algunos especialistas consideran que para Perú el riesgo no es de recesión, que implica una contracción de la actividad económica, sino un ciclo “largo” de bajo crecimiento.
“El riesgo es estar entrando en un período largo de crecimiento mediocre, como el que tendremos este año, a pesar de los buenos precios del cobre en la primera mitad” de 2022, dijo a la AFP Diego Macera, gerente del Instituto Peruano de Economía y miembro del directorio del Banco Central de la Reserva.
Aunque reconoce que “nunca se pueden descartar shocks imprevistos”, subraya que “a la fecha no hay mayor motivo para esperar un recesión”.
La economía se hundió 11,12 % en 2020 a causa de una prolongada cuarentena por la pandemia del covid-19, aunque luego siguió un rebote histórico de 13,31 % en 2021, gracias a la reapertura de las actividades productivas y comerciales.
Pero ese impulso parece difuminarse en este 2022.
Macera señala que el enfriamiento puede atribuirse a “una contracción progresiva de las expectativas sobre la economía -tanto de las familias como de las empresas- y a la inhabilidad del Estado para crear condiciones de mejora de la productividad”.
David Tuesta, un exministro de Economía, considera que sería un “fracaso” para el país crecer apenas 2,5 % este año.
“Una economía creciendo al 2,5 % es un fracaso enorme para Perú, que debería estar creciendo al doble si se hubiera hecho una buena gestión de las expectativas”, afirmó Tuesta al diario El Comercio.
El ministro Burneo argumentó que “las políticas monetaria y fiscal han operado en la dirección de enfríar la economía”, que viene aquejada por una inflación a 12 meses de 8,4 % a agosto, y que ha llevado a que el Banco Central elevara hasta 6,5 % la tasa de interés, el nivel más alto desde 2009.
“No se puede mantener un crecimiento consistente por encima del 4 % que necesitamos, con estos niveles de inestabilidad y, en algunos sectores, incompetencia”, advierte Macera.
El Scotiabank de Perú, en un reporte de mercado, sostuvo que llega a su fin el período de rebote pospandemia y la inversión privada caerá “en sintonía con el deterioro de la confianza empresarial asociada al ruido político” en el país.