La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió sobre el riesgo de que la economía global quede atrapada en un escenario de bajo crecimiento y alta deuda si los países no emprenden reformas clave que estimulen la liberalización y movilicen recursos para el financiamiento. Durante una conferencia en las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial en Washington, Georgieva subrayó que esta situación, de persistir, implicaría menos ingresos, menos empleos y una reducción en la capacidad de inversión pública, necesaria para apoyar a las familias y enfrentar retos como el cambio climático.
Según el FMI, la economía global crecerá un 3,2 % este año, sin cambios respecto a la previsión de julio, aunque se estima que el crecimiento para 2025 podría disminuir a esa misma cifra. Aunque la inflación ha descendido gracias a las medidas de los bancos centrales, la gente no percibe una mejora en su bienestar económico, lo que afecta la confianza general. Georgieva señaló: “La economía va bien, pero las familias siguen sintiendo el impacto de los precios altos, y el crecimiento mundial sigue siendo lento”.
Las proyecciones del FMI señalan un crecimiento global a cinco años de solo 3,1 %, el más bajo en décadas. Además, la deuda pública mundial alcanzará un récord de 100 billones de dólares este año, representando el 93 % del PIB global, y podría llegar al 100 % para 2030.
Ante este escenario, el FMI presentó una agenda de políticas globales que enfatiza la necesidad de un “aterrizaje suave” para salir del ciclo de bajo crecimiento y alto endeudamiento. Para lograrlo, Georgieva instó a que los bancos centrales lleven la inflación a sus objetivos y pidió acciones decididas para reducir la deuda y los déficits. “Es momento de reconstruir amortiguadores fiscales de forma gradual”, declaró.
Finalmente, el FMI también destacó la importancia de proteger los beneficios de la integración económica en un contexto de creciente fragmentación por conflictos internacionales y bloques económicos.
