Lunes 30 de diciembre de 2024
AFP | Luján Scarpinelli
Los inversores reaccionaban con gran optimismo este lunes a los resultados electorales del domingo en Brasil, especialmente por la ola conservadora proclive a defender políticas liberales que se impuso en el Congreso.
La bolsa paulista trepaba 4,61 % a las 13H10 locales (16H10 GMT) y la cotización del dólar retrocedía 4,26 %, a 5,17 reales desde el cierre del viernes, tras los comicios que arrojaron una segunda vuelta entre el presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, y el exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Las acciones ordinarias de la estatal Petrobras se dispararon por su parte y cotizaban con alza de 8,07 %.
Los movimientos del mercado se explican porque “independientemente de quien gane el segundo turno, va a tener que gobernar con un Congreso más orientado a la derecha, más liberal y promercado, con un gran peso”, analiza el economista Igor Macedo de Lucena.
Lula se impuso con 48 %, una ventaja de cinco puntos sobre Bolsonaro, lejos de los 14 puntos que pronosticaban los sondeos. La disputa se definirá el 30 de octubre.
En el Congreso, el Partido Liberal (PL), al que pertenece Bolsonaro, aumentó su base como la mayor bancada en la Cámara de Diputados (de 76 a 99, casi un quinto del total), y se convirtió igualmente en la minoría mayor en el próximo Senado (sumando ocho lugares, para un total de 15 escaños en 81 senadores en total).
Además, conquistaron más posiciones los partidos de centro, mientras que el PT (Partido de los Trabajadores) de Lula avanzó pero menos de lo esperado.
Este balance de fuerzas restaría margen de maniobra a un eventual gobierno del líder de izquierda, quien encarna propuestas que preocupan al mercado, al ser favorables a los trabajadores y a un Estado más fuerte.
“El mercado considera que si hubiera una victoria de Lula, éste no conseguiría hacer los cambios drásticos que promete, y si ganara Bolsonaro, habría una composición más favorable en el Congreso” para continuar con su agenda liberal, indica Jason Vieira, economista jefe de la administradora de activos Infinity Asset Management.
Por ejemplo, Lula tendría dificultades para alterar normas de funcionamiento del Banco Central o revisar la reforma laboral, ejemplifica De Lucena.
Por otro lado, agrega, los inversores ponderan “un posible avance de Bolsonaro, si fuese reelegido, en la agenda de privatizaciones e infraestructura, y reformas como la administrativa y tributaria”.
Para mantener el liderazgo y poder gobernar con la nueva composición del Congreso a partir de 2023, “Lula necesita acercarse a figuras que representen una política económica más moderada”, según Vieira.
El apoyo a Lula de Henrique Meirelles, quien fue presidente del Banco Central durante su gobierno (2003-2010) y ministro de Economía de Michel Temer (2016-2018), fue visto con buenos ojos en el sector financiero.
Meirelles es defensor de la disciplina fiscal, uno de los aspectos de la economía que más preocupa a inversores ante un posible incremento del gasto – ya elevado- en un eventual gobierno del izquierdista.