Lunes 30 de diciembre de 2024
La reducción de los niveles de inseguridad alimentaria moderada o grave en América Latina y el Caribe entre 2022 y 2023 ha sido calificada como una “señal esperanzadora” por la FAO. Mario Lubetkin, representante regional de la FAO, destacó en una entrevista con EFE que la región es la única en el mundo que ha logrado disminuir estos niveles en el último año, pero advirtió que se debe observar si esta tendencia continúa durante al menos tres años para confirmar una tendencia sostenida.
Entre 2022 y 2023, la inseguridad alimentaria moderada o grave en América Latina y el Caribe pasó del 31,4 % al 28,2 % de la población, lo que aún representa a 187,6 millones de personas. Esta reducción contrasta con el aumento en otras regiones: África, Asia, Oceanía y Norteamérica y Europa, donde los niveles se mantuvieron estables o crecieron ligeramente.
El informe de la FAO también reveló una disminución en la inseguridad alimentaria grave, reduciéndose del 11 % al 8,7 %, lo que equivale a 14 millones de personas menos en esta situación. Este informe anual sobre ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo’, presentado en julio en Brasil, resalta el avance positivo pero también revela disparidades dentro de la región.
Lubetkin destacó que América del Sur ha mostrado una mejora constante en la seguridad alimentaria, mientras que en Mesoamérica y el Caribe, especialmente en países como Haití, los niveles de hambre siguen siendo altos. La región del Caribe, en particular, ha visto un aumento en los niveles de hambre.
A pesar del progreso, Lubetkin advirtió que el objetivo de “hambre cero” para 2030 sigue siendo un desafío. Sin una aceleración en los esfuerzos y en la inversión en políticas de seguridad alimentaria, el objetivo podría no lograrse. No obstante, se reconoció el esfuerzo de las naciones por mejorar los niveles de hambruna, aunque el ritmo de progreso es aún lento.