Jueves 9 de enero de 2025
En una conferencia de prensa de solo una hora, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al instar a la integración de Canadá, no descartar el uso de la fuerza militar para apoderarse del canal de Panamá y Groenlandia, exigir a los aliados de la OTAN que destinen el 5% de su PIB a defensa y prometer un caos total en Medio Oriente si Hamás no libera a los rehenes israelíes antes de su toma de posesión. Además, prometió renombrar el golfo de México como “golfo de América”.
“Qué hermoso nombre, y es apropiado”, comentó Trump en su resort Mar-a-Lago en Florida, sin detallar cómo llevaría a cabo ninguna de estas improbables promesas. Más allá de amenazar con imponer aranceles a naciones no cooperativas, incluyendo a Dinamarca, Trump dejó claro que planea adoptar una postura radical en la política exterior cuando asuma el cargo en menos de dos semanas.
Aunque Panamá reafirmó su posición de no renunciar al control del canal y Dinamarca declaró que no tiene planes de ceder Groenlandia, Trump no mencionó que EE.UU. no ha alcanzado el 5% de su PIB en defensa desde los años ochenta, con la cifra actual rondando el 3%.
Sin embargo, sus declaraciones encajan con una postura mucho más agresiva y desafiante, en la que parece dispuesto a decir y hacer casi cualquier cosa, confiado en el mandato que cree haber recibido para su segundo mandato tras ganar tanto el voto popular como el electoral.