Jueves 26 de diciembre de 2024
Este sábado, una cadena humana se ha concentrado en la pasarela Onda Atlántica de Las Palmas de Gran Canaria para protestar contra la construcción de una central térmica en el Puerto de La Luz, considerada un grave peligro para la salud de los vecinos. La manifestación contó con la participación de numerosos ciudadanos y activistas que exigieron la paralización del proyecto.
María Luisa Pita, exjefa de Sanidad Ambiental de Salud Pública, expresó en declaraciones a los medios que los informes realizados en su época ya alertaban sobre los peligros de esta infraestructura. Pita aseguró que los datos disponibles son claros y contundentes: la planta térmica emitirá contaminantes las 24 horas del día durante todo el año, lo que supone un grave riesgo para la salud de los habitantes de La Isleta y los trabajadores del puerto.
Riesgo para la población vulnerable
Pita destacó que los principales afectados serán los niños, los ancianos y las personas con patologías respiratorias, como el asma. Asimismo, insistió en que el Gobierno tiene la responsabilidad de proteger a la población de la contaminación atmosférica, que deteriora la calidad del aire. La exjefa de Sanidad subrayó que no es lógico que los ciudadanos tengan que aislarse para evitar los efectos de la contaminación en lugar de ubicar la planta en una zona menos poblada.
Según Pita, la planta emitirá gases y partículas, algunas de las cuales son más peligrosas que los combustibles tradicionales como el fuel o el gasoil. A pesar de ser menores en cantidad, estos contaminantes contienen compuestos como óxidos de nitrógeno, hidrocarburos aromáticos policíclicos y partículas finas que penetran profundamente en los pulmones y pueden causar enfermedades respiratorias graves.
Emisiones que afectan a toda la ciudad
El riesgo es aún mayor por la ubicación de la planta, que está situada en una zona con 400.000 habitantes expuestos a las emisiones contaminantes. La ciudad se encuentra en la línea de los vientos dominantes, lo que favorece la dispersión de los contaminantes hacia las zonas residenciales.
Pita alertó que estas emisiones, aunque no inmediatas, tienen un impacto acumulativo en la salud, y señaló que la contaminación atmosférica es el factor ambiental con mayor incidencia en la mortalidad prematura por enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
El rechazo al gas natural licuado
Antonio Hernández, abogado ambientalista, también se mostró en contra de la central térmica, que estaría destinada a la quema de gas natural licuado. Hernández criticó que este combustible genera gases de efecto invernadero y partículas contaminantes. Además, subrayó que la central no tiene un objetivo claro, ya que el promotor ha reconocido que sin esta planta no sería económicamente rentable para el puerto.
Hernández instó a los empresarios del puerto a estudiar el impacto ambiental del proyecto y no dejarse influenciar por versiones interesadas de las instituciones. Denunció que el puerto ha tomado decisiones equivocadas desde 1999 y consideró una “locura” la ubicación prevista de la central térmica a solo 1.300 metros de la población.
Oposición institucional y próxima reunión
El Ayuntamiento y el Cabildo se han mostrado firmemente en contra de este proyecto, considerándolo una mala idea, especialmente por la falta de rigor en el estudio de impacto ambiental. El colectivo que organiza la protesta tiene previsto reunirse el próximo 26 de noviembre con la presidenta de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Beatriz Calzada, cuya postura favorable al proyecto consideran “inconcebible”.